28/11/2020

Scene20: 9. Chichón

 

9. Chichón

 

Shunmei se había quedado casi una hora en el sofá. La cabeza le daba tumbos como nunca antes. Lo que había pasado antes le había descolocado. Ahora no sabía qué hacer ni cómo actuar. De hecho ni él mismo sabía qué pasaba por su cabeza. Ludwig. El tipo de tío en el que no se fijaría ni aunque todos los hombres del planeta desaparecieran, antes se volvería hetero. Estirado, pijo y manipulador. Totalmente opuesto a él. No comparten nada en común, salvo a alguien muy importante en sus vidas: Road. Para el coreano ella significa muchísimo, tanto que a veces pensaba más en un “nosotros” que en “yo”. Para Ludwig… a saber, pero sin duda estaba claro que se preocupaba por ella y la estaba haciendo feliz, a su manera. ¿Iba a arriesgarse a perder a su amiga? Ni se la pasaba por la cabeza, pero para desgracia la suya, el borde se había metido en medio. Riéndose de él, jugando con sus sentimientos. ¿Por culpa del alcohol? Qué va, todo iba muy en serio. Shunmei estaba furioso, consigo mismo por haberse dejado pisotear de esa manera, y con Ludwig por su odiosa arrogancia.

Se levantó finalmente y fue al lavabo a enfriarse las ideas, literalmente. Metió la cabeza debajo del grifo y lo abrió, dejando que el agua resbalara por toda su cara. Se quedó unos instantes sobre la pica, notando como caían las gotas.

-Quién me mandaba a mí meterme en estos líos… -murmuró para sí.

-Nadie.

Shunmei se giró y ahí estaba. Apoyado en el marco de la puerta, con su maldita actitud de superioridad. Le sacaba de quicio.

-Déjame en paz –le espetó al pasar por su lado, pero Ludwig le barró el paso con el brazo.

-¿Qué pasa? ¿Necesitas mojarte antes de ir a la cama?

Basta. Ya era demasiado. Shunmei se mordió el labio y le dio un puñetazo en todo el ojo, haciendo que Ludwig chocara además con la madera. Se llevó la mano al ojo y seguidamente a la nuca.

-Eres un mierda. Te mereces más que eso.

Ludwig levantó la vista y miró a Shunmei, conteniéndose la risa.

-Que sepas que esto me va a dejar un enorme chichón en la nuca. Y me va a doler la cabeza…

-Me alegro. Llevaba aguantándome durante bastante tiempo.

-Te aguantas mucho más que la rabia.

Y dicho eso, Ludwig se puso delante del chico, y cogiéndole del cuello, le besó en los labios. Shunmei abrió los ojos de par en par, y a los dos segundos siguientes los cerraba con fuerza, y agarrando a Ludwig por las mejillas le devolvía el beso de forma voraz. Gotas de agua chocaban entre ambos rostros. Se besaban de forma brusca y desesperada, como una lucha de bocas y cuerpos. Ludwig le apartó de la pared y lo fue empujando, sin separarse, a su habitación.

Sí, quizá era eso lo que se habían estado guardando. Un polo había acabado haciendo contacto con su opuesto.

 

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